Un simple paseo [Roonie]

Hoy no tenía nada que hacer, ultimamente las cosas no estaban demasiado activas y tenía demasiado tiempo libre para mi gusto. Había decidido salir a dar un paseo, no había problemas en ello, aunque alguien me identificase podría cambiar de aspecto rápidamente, camuflándose así con el resto de personas.

Hoy me había dejado el chaleco en el maletero del coche, no tenía ganas de llamar demasiado la atención. Continué caminando tranquilamente hasta que me paré repentinamente en mitad de la calle sin razón aparente, había recordado que tenía que hacer un par de recados.

Mp3, shorts, una camisa abierta, una camiseta blanca por debajo, converse, el pelo suelto... Comodidad absoluta para caminar por la Quinta Avenida, siempre llena de gente y difícil de cruzar si ibas con tacones, cosa que mi madre me hacía hacer demasiado a menudo. No era uno de mis sitios favoritos, más bien, todo lo contrario, había demasiada gente, demasiadas camaras... Un agobio, el cual intentaba ignorar escuchando a Green Day, un grupo formado en 1990, con aquel nombre, que me encantaba.

Tarareaba una de sus canciones, siguiendo a la marabunta de gente, cuando el hombre que iba delante mio, no sería 5 años mayor que yo, se paró en seco, y yo, ajena a ese gesto brusco, me choqué de bruces contra él.

-¡Pero que...!

Se me escapó de los labios, mientras me quitaba un casco, dispuesta a gritarle de todo.

Tan despreocupado había sido aquel paseo y aquella acción que ni había pensando en la gente que iba detrás de mi. Una persona chocó contra mi espaldas, le escuché exclamar algo, no sería demasiado raro que estuviese enfadada...

Me giré sobre mi mismo, podría ser una persona sería y mas bien, reacia a hablar con desconocidos pero, en aquella ocasión, pedir perdón era lo que debía hacer pues, después de todo, había sido culpa mía al completo.

- Lo siento mucho, no debería haber frenado de golpe - fue lo único que atiné a decir mientras hacía una ligera reverencia con la cabeza. Pude fijarme, tras estas palabras, de que la persona con la que había chocado era una joven dama de cabellera rubia.

-No, no deberías, ¿A quien coño se le ocurre en mitad de la quinta avenida? Es como si te pones a girar en mitad de la carretera sin poner el intermitente... Y luego me dicen incosciente a mi.

Dije alzando una ceja, con cabreo. No es que me hubiera hecho daño o algo, pero yo era asi de irascible, a la minima me ponía a insultar al personal. Resoplé con fuerza, para calmarme, y después rodé los ojos, una vez conseguido mi proposito.

-Bueno, da igual, estarías distraido.

Dije sin mencionar claramente que lo perdonaba y me disculpaba por mi comportamiento, no solía disculparme, ante nadie, era superior a mis fuerzas hacerlo, desde pequeña.

La leche, debo de confesar de que no me esperaba una respuesta como esa, si que tenía carácter la chica... me rasqué la nuca sin saber que decir en primera estancia, lo mas normal en mi habría sido responder de forma sarcástica y seria mas, en aquella situación, no es que fuese demasiado adecuado el comportarme de aquella forma.

Suspiré con profundidad, ser mas suave no habría estado tampoco de mas pero no tenía ganas de buscar jaleo y bronca, me tomé sus últimas palabras como suficiente como para considerar el hecho como "pasado". - Bueno, si, no estaba en lo que tenía que estar - enuncié con tono neutro al tiempo que dejaba de rascarme la nuca.

Se rascó la nuca, parecía desconcertado, solía pasar con la gente que me rodeaba, ya que esperaban que fuera medio idiota o algo por el estilo, y se sorprendían por mi forma de ser arísca. Suspiró y me dió la razón, como me gustaba que me dieran la razón...

-Bueno, ¿No vas a invitarme a algo en forma de disculpa?

Dije con seriedad, aunque había una pequeña sonrisa dibujada en mis labios. Ahora era cuando me mandaba a la mierda, pero me daba igual, por intentarlo, una no pierde nada.

Arquée la ceja ante sus palabras, vaya, debía confesarlo, jamás me habría esperado encontrarme con una persona tan... directa, por decirlo de algún modo, mientras daba un paseo por la Quinta Avenida.

Me encogí de hombros con gesto neutro mientras miraba al frente, no muy lejos había un café. - Si con eso consigo ganarme el perdón - dije con un tono algo sarcástico mientras hacía un gesto con la ma mano para que me siguiese, antes de comenzar a andar.

Eché a andar tras de él, con una sonrisa triunfal. Ojala me invitara a algo con alcohol, a él le venderían, a mi, si me pedían el DNI, no, puesto que hasta diciembre no tenía los 21, pero, claro, un café por el morro no le venía mal a nadie, asi que no me quejaría.

-El perdón no se... Pero igual te mato el último.

Bromeé, ahora me hacía la maja y voilá, un Martini al cante. Eso si que sería el comienzo de una gran amistad. No es que el chico me interesara mucho de primeras, pero yo sabía aprovecharme de todo el mundo sin excepción.

Me encogí de hombros con gesto despreocupado mientras continuaba avanzando con calma aunque, he de decir, que aquel repentino cambio de actitud me había dejado algo sorprendido, ¿era bipolar, se estaba riendo de mi o eran simplemente cosas mías?

- Vaya, tal parece que viviré unos días mas de lo previsto - enuncié con gesto despreocupado mientras entraba al café, esperando a que ella hiciese lo mismo, buscando una mesa libre para sentarnos.

-Si, pero ahora no te creas importante.

Le contesté con un leve deje de diversión en la voz. Nunca conseguiría pelotear a alguien del todo, era superior a mis fuerzas, siempre tenía que decir algo o hacer algo. No era culpa mia si la gente era medio imbecil la mitad de las veces, pero este chico solo parecía soso.

No era muy partidaria de los sosos, pero bueno, no era lo peor que poblaba la tierra, odiaba más a los creidos y egolatras, como los odiaba... Creyendose el centro del mundo. Ahora que lo pensaba, odiaba muchas cosas, eso no podía ser sano.

- Lo que tu digas - respondí ya sin demasiados animos, la verdad es que no me estaba gustando demasiado su forma de ser pero bueno, tampoco quería darle demasiada importancia al asunto. Me dirigí a una mesa libre, esperando a que ella hiciese lo mismo, antes de pedir nada. Yo ya sabía que pediría, casi siempre encargaba lo mismo cada vez que venía por esta zona.

Le seguí, hasta que entramos a un local. Él se dirigió a una mesa libre y yo le seguí, para después sentarme frente a él. Preveía que ésto no iba a ser muy entretenido, pero bueno, que se le iba a hacer, igual el chico éste me sorprendía gratamente.

El camarero llegó, y yo le miré con gesto indiferente, como hacía mi madre cuando se daba aires de importancia, para que no me pidiera el carnet.

-Tomaré un Martini.

Dije con tono hueco, y después me dedique a hacer dibujitos en la mesa, distraidamente.

La miré inquisitivamente mas sin decir nada, dudaba que tuviese edad para beber pero preferí guardar silencio para luego mirar al camarero. - Un café con Whiski, por favor - le dije con gesto tranquilo para luego suspirar con profundidad. El camarero se retiró tranquilamente y yo me dediqué a observar con detenimiento a la joven, una manía que tenía por culpa de mi trabajo. - ¿Y cómo te llamas? - pregunté, mas por decir algo que por cualquier otra cosa.

-Roonie, viene de Veronica, pero no me gusta mi nombre completo.

Dije alzando la vista para mirarlo, ya más tranquila porque el camarero se había ido con nuestros pedidos. Pobre iluso, se había tragado lo de mi actuación, debía ir para actriz, se me daba genialmente bien.

-¿Tú como te llamas?

No es que tuviera especial interes, pero, de algun modo tenía que llamarlo al hombre, no me iba a inventar yo un nombre para él y llamarle asi.

¿Roonie venía de Veronica? Si me hubiesen preguntado que pensaba, seguramente, habría dicho que no le encontraba demasiados parecidos entre ambos nombres para cambiarlos de aquella forma mas decidí no darle demasiada importancia.

- Alexandro, un placer - respondí mas por cortesía que por otra razón, no es que me cayese mal, aunque tampoco es que me cayese bien, era simplemente que acaba de conocerla. Mi carácter era mas bien cerrado, no era especialmente lo que se decía abierto y por tal razón era que no solía socializar demasiado con nuevas personas.

Alexandro, que nombre tan... Normal. Bueno, un nombre no era nada del otro mundo, solo letras puestas juntas formando una palabra... Mi mente se centró cuando trajeron nuestras bebidas. Yo cogí la mia y esperé a que el pagara, sin mover un solo dedo, hasta que el camarero se fue.

-Y dime, Alexander, ya que no vamos a estar callados todo el rato, eso es sumamente aburrido, y no quiero aburrirte... ¿En que trabajas?

Comencé a juguetear con la aceituna de mi bebida para después llevarmela a la boca distraidamente, sabía a Martini, me encantaba la aceituna de los martinis...

Pagué con simpleza la cuenta al camarero que, nada mas recibir el dinero, se marchó de la mesa con gesto acelerado, seguramente para atender a otras mesas. Cogí mi bebida, dándole un pequeño sorbo, en ese momento ella me preguntó por mi trabajo. Si no hubiese sido porque ya estaba acostumbrado, seguramente la pregunta me habría exaltado al ser "rebelde" mi profesión.

- Soy militar - comenté con gesto tranquilo cuando deje el café con whiski sobre la mesa aunque, seguramente mas por inercia que por otra cosa, me llevé la mano a la cicatriz de cuando me quitaron el chip. Me di cuenta de ello segundos después, seguramente habría sido mejor quedarme quieto pero mi reacción fue la de hacer lo mismo con la otra mano, en una zona similar, cruzando los brazos relajadamente.