Una visita al comedor [Libre]

Bueno, un día mas que pasaba en aquel extraño lugar, hoy no había hecho nada demasiado interesante, lo que mas había destacado en aquel día había sido salir a dar un paseo, como acostumbraba hacer. Tras tan apasionante jornada, llegó la hora de comer y, ha decir verdad, tenía bastante hambre.

Me dirigí al comedor a paso lento, pedí una ración y me dirigí a una mesa vacía para empezar a comer tranquilamente. Nada fuera de lo común, la misma comida asquerosa de siempre, las mismas caras de todos los días...

Lo único que podría saltar a la vista en el comedor seguramente era mi forma de comer, en vez de una cuchara de plástico era mi dedo índice el que ejercía tal función, su forma se había tornado como la del cubierto y era quien me servía para tomar del plato.

Había pasado la mañana entrenando, como solía hacer algunos días marcados a la semana, y si no teníamos alguna misión prevista. Por la tarde, quizá iría a ver a Sam o a algún otro a comentar algún asunto o simplemente informarme de alguna posible, aunque poco probable, novedad.

Era la hora de comer. No tenía excesiva hambre, pero me convendría tomar algo después del entrenamiento. Tras darme una ducha y cambiarme de ropa me dirigí al comedor del búnker. Entré y agarré una manzana, en vez de los demás platos, que con una sola mirada, decidí que merecía más la pena pasar hambre que tomarlos.

Iba a sentarme cuando vi a Alex (así solía llamarle) tomando su menú del día. No parecía especialmente entusiasmado, lo cual no era de extrañar. Al acercarme a él me fijé en su particular forma de tomar la comida. No pude evitar una larga sonrisa, y me senté enfrente de él.

-¿No te dijeron que no se come con las manos? –le dije bromeando a mi amigo. Me acomodé apoyando los pies en otra silla y pegué un mordisco a mi manzana.

Continué con mi particular comida, que era de todo menos sabrosa, para no mucho después escuchar una voz que me era realmente conocida. No me hizo falta alzar la vista para saber de quien se trataba, era Indiana, mi superiora.

Miré con curiosidad mi dedo en forma de cuchara para luego mirarla al tiempo que ladeaba la cabeza y me encogía de hombros. - No se, no creo, no lo recuerdo - respondí con cierto deje de sarcasmo pero con un peculiar deje de simpatía, podía tener un humor mas bien sarcástico e irónico pero, con Indiana y pocos mas, trataba de no ser así. Después de todo, me caía bastante bien, es mas, podía considerarla una de mis mejores amigas.

- ¿Qué tal todo, jefa? - pregunté con curiosidad al tiempo que devolvía mi cuello a su posición normal y tomaba otra cucharada de comida. Vale, la consideraba una buena amiga pero seguía siendo mi superiora.

Sonreí ante su comentario sarcástico. Con una breve mirada observé su cabeza ladeada y su mirada simpática. Sí, Alex era uno de los que mejor me caían allí. Además, me había demostrado en varias ocasiones con su ayuda que podía confiar en él.

-¿Qué tal todo, jefa?-preguntó con tono curioso mientras su cuello volvía a adquirir su posición inicial y seguía comiendo. Mientras, yo daba buena cuenta de mi manzana.

-Como siempre, sin novedades.-contesté desapasionadamente, con voz aburrida, tras haber tragado. – Últimamente estamos así. Empiezo a echar de menos salir por ahí a patear el trasero de algún Big.-bromeé dirigiéndole una mirada de complicidad.

Técnicamente, yo no era un soldado, que serían los encargados de patear traseros, ni él tampoco… pero en nuestras misiones a veces era necesario enfrentarse a gente.

-¿Y tú que tal, Alex?-le pregunté después.

Asentí ante sus palabras, la verdad es que, al igual que ella, llevaba un tiempo sin hacer algo demasiado interesante, lo mas emocionante que había hecho había sido entrenar y, a decir verdad, no es que me complaciese demasiado tal tipo de emoción.

Le sonreí ante sus palabras, ambos eramos espías, no soliamos andar de peleas contra los seguidores del Big Brother. - No me quejo, un poco como tu, con ganas de repartir - respondí mientras mi dedo volvía a su forma normal, aun no me había terminado la comida pero no podía mas, estaba asquerosa. - El nuestro puede llegar a ser un trabajo aburrido, jefa - agregué mientras me rascaba la nuca, después de haberme limpiado el dedo con una servilleta.

No es que me quejase de ser espía, es mas, me gustaba, mi don era bastante útil a la hora de infiltrarse en algún lugar o de conseguir información, había conocido a gente interesante, había aprendido muchas cosas pero... no se, a veces sentía que faltaba algo mas de acción en mi rutina diaria.

Alex sonrió y asintió tras escucharme.

- No me quejo, un poco como tu, con ganas de repartir.-su dedo volvía a tomar su forma inicial mientras miraba asqueado su comida. -El nuestro puede llegar a ser un trabajo aburrido, jefa.- yo también asentí ante la veracidad de sus palabras. Nuestro oficio podía llegar a ser monótono, y además, si fallábamos nuestro error tenía más consecuencias que el de, por ejemplo, un soldado.

Seguí mordisqueando mi manzana hasta terminarla. Me giré hacia ambos lados hasta localizar una papelera más allá. Coloqué las manos como una jugadora profesional de baloncesto, aunque distaba mucho de llegar a serlo, y lancé los restos de mi manzana. Casi no llegaron, pero moviendo los electrones de algunos de sus átomos, la desplacé hasta encestarla dentro. Después me volví hacia mi amigo.

-Tienes razón, Alex.-le dije. Luego animé el rostro.- Pero, ¿sabes qué? Los soldados no harían nada de no ser por nosotros.-le aseguré con una sonrisa y un guiño.

Observé con curiosidad como se terminaba la manzana para, poco después, emular el tiro de un jugaro de baloncesto siendo los restos de la pieza de fruta la pelota y una papelera, la canasta. No pude evitar esgrimir una ligera y divertida ante aquel gesto.

- Touché - respondí al escucharla hablar, no le faltaba razón, si no conseguiamos información, ellos no podían moverse aunque, siendo sincero, prefería ser yo el que actuase después de recolectar la información pero bueno, cada uno debía cumplir sus funciones y ya está, tampoco era idea el arriesgar de mas por mero capricho.

- No te falta razón - enuncié no mucho después, secundando sus palabras y dandole la razón. Me levanté calmadamente, cogiendo la bandeja para luego dejarla en su lugar. Antes de volver a la mesa emulé la elección de Indiana y cogí una manzana. Me senté frente a ella y, en esta ocasión, mi dedo tomo forma de un pequeño cuchillo con el cual empecé a pelar la fruta.

Alex me dio la razón aunque tras dirigirle una pequeña mirada por el rabillo del ojo me pareció notar en su rostro pensativo plantearse si prefería buscar información, o trabajar con esa información, como hacían los soldados.

Observé en silencio cómo se levantaba para dejar su bandeja de comida apenas tocada, y coger una manzana también antes de volver a la mesa con ella. Esta vez, su dedo adquirió la forma de un cuchillo, con el que cortaba la piel de la fruta.

Le contemplé pensativa unos momentos, pensando en mis cosas. Y se me ocurrió una pregunta que jamás había formulado a nadie, excepto a mí misma interiormente.

-Alex…-le llamé para captar de nuevo su atención.- ¿Qué tienes pensado hacer cuando, bueno, cuando acabe todo esto? –no necesitaría más explicaciones, era algo claro que me refería a toda esta guerra contra los Bigs y su forma de gobierno. Algún día tendría que acabar. Sea cual fuere el resultado… ¿Qué tendría pensado hacer? ¿Retomar su vida?

Continué pelando la fruta mas, cuando me disponía a dar el primer bocado de la pieza, me formuló una pregunta que, a decir verdad, me dejó bastante pensativo. Mi dedo volvió a la normalidad y se colocó bajo mi mentón, la mano que sujetaba la manzana descendió.

Guardé silencio durante varios segundos, a decir verdad no me había parado a pensarlo con detenimiento, alguna vez me había venido a la cabeza la pregunta pero nunca lo había meditado con profundidad.

- No estoy seguro... - dije en primer lugar, no me agradaba la idea de volver al ejercito después de terminar una guerra. - Quizás simplemente busque la tranquilidad de la ciudad, no se, tal vez intente sentar la cabeza - fue lo primero que pensé, la mejor idea que se me ocurría tras tantos años de servicio era el de intentar tener una familia con la cual compartir el resto de mis días.

Miré la manzana, luego a Indiana. - ¿Y tu, jefa? ¿Tienes algo planeado? - pregunté justo antes de darle el primer mordisco a la manzana, esto era diferente, por lo menos su sabor era agradable al paladar.

Seguí observando a Alex pelar su manzana tras formular la pregunta, que le interrumpió de llevarse un trozo de la fruta a la boca. Mi cuestión pareció darle que pensar; era agradable ver que me había tomado en serio. Vi cómo su dedo adquiría una apariencia como la del resto de los humanos y apoyaba el mentón en él, reflexivamente.

-No estoy seguro...-dijo unos instantes después.-Quizás simplemente busque la tranquilidad de la ciudad, no se, tal vez intente sentar la cabeza.-contestó finalmente. Yo asentí con la cabeza, no sabía por qué, pero había imaginado que diría algo así.

-¿Y tu, jefa? ¿Tienes algo planeado?-me preguntó tras mirarme, mordiendo su fruta. Lo miré y después bajé la mirada, suspirando con cansancio.

-No lo sé, Alex. –decidí sincerarme, confiaba en él y sentía que podía contarle esto.- La verdad, no conozco otra cosa que no sea esto. Es decir, por supuesto, he salido muchas veces fuera, pero la mayoría eran misiones… y todo estaba lleno de Bigs. Mi padre fue un líder de los Rebeldes, uno de los que robaron el Power Creation, y yo me he criado aquí. No… no conozco otra forma de vida.

Ladee la cabeza tras responder su pregunta, escuchando su respuesta con curisodiad mientras adoptaba una expresión pensativa. Debía decir que no esperaba esa respuesta por parte de ella, conocía algo sobre su pasado mas, aun así, no habría podido deducir aquel tipo de pensamiento.

Al ver su mirada bajada mi mano se dirigó a su cara, "obligando" a levantar tal mirada con gesto suave mientras que mi pulgar se dedicaba a acariciar por breves segundos su mejilla. - No es dificil vivir una vida así, Indiana - dije, pronunciando por primera vez su nombre en mucho tiempo. - Simplemente es vivir con la libertad que ahora no tenemos, hacer aquello que siempre quisiste, disfrutar de los placeres que solo puedes sentir haciendo aquello que mas te guste sin que nadie te lo impida - enuncié mientras esgrimía una ligera sonrisa para luego reposar mi mano sobre la mesa.

No había podido evitar enunciar aquellas palabras con algo de morriña, después de todos había abandonado aquella vida al entrar en la lucha junto con los rebeldes mas, aun así, aun después de haber abandonado aquella vida, no me arrepentía, sabía que mi decision era la correcta, estaba luchando por tener una vida mejor.

Escuchó mi sincera respuesta con la cabeza algo ladeada por la curiosidad, con el rostro pensativo. Me pareció notar que le sorprendió lo que dije.

Mi mirada seguía gacha, pero la levanté enseguida cuando sentí su cálida mano sobre mi mentón, instándome a levantar la cabeza. Lo miré; su expresión era suave y amable. Le dirigí una media sonrisa avergonzada, mientras su pulgar trazaba unas delicadas caricias en mi mejilla.

-No es dificil vivir una vida así, Indiana.-me sorprendió que me llamase así, pero me alegró. Generalmente, excepto Sam, todo el mundo me llamaba “jefa”, o “Ripley”. -Simplemente es vivir con la libertad que ahora no tenemos, hacer aquello que siempre quisiste, disfrutar de los placeres que solo puedes sentir haciendo aquello que mas te guste sin que nadie te lo impida.- terminó con voz dulce mientras sonreía levemente y volvía a colocar su mano sobre la mesa. Yo le devolví una sonrisa agradecida.

Alex tenía razón. Sólo tenía que averiguar qué era lo que me gustaba hacer, lo que quería vivir, y encontrar a alguien con quien quisiera pasar el resto de mi vida. Me pregunté si Alex tenía en su vida a alguien así.

-Gracias, Alex.-le dije con franqueza.

Volví a recostarme en el asiento de mi silla, sin saber qué más decir ni de qué hablar.

Negué ligeramente con la cabeza, no tenía que agradecerme por aquello. - No es nada - enuncié con voz tranquila mientras me rascaba la nuca con simpleza al tiempo que la miraba con la cabeza ladeaba, observé como se apoyaba sobre el respaldo de la silla y guardaba silencio, ¿se estaría aburriendo?

Esperaba que no pero, por si acaso, me levanté lentamente para luego ponerme a su diestra y decir - ¿Te apetece pasear un rato? - con el mismo tono de voz de antes para, tras decir eso, guardar silencio y esperar su respuesta.

-No es nada. –dijo negando con la cabeza. Sonreí ante su tono franco mientras se frotaba la nuca y me devolvía una mirada ladeada. Se levantó, se acercó a mí y me ofreció:
-¿Te apetece pasear un rato?-preguntó de nuevo con aquel tono tranquilo. Asentí aún con la sonrisa en la cara.
-Claro, siempre apetece dar un paseo. –le dije mientras me ponía en pie también y me dirigía hacia la salida del comedor, esperando que Alex viniese.
Lo cierto era que nunca solía pasar tanto rato con mis compañeros (exceptuando a Sam) cuando no se trataba de trabajo, pero con Alex me sentía a gusto, y de veras me apetecía ese paseo.

Sonreí ligeramente ante su afirmativa respuesta para, instantes después, limitarme a seguirla hacía la salida del comedor. La verdad es que llevaba bastante tiempo sin dar un buen paseo y, si la memoria no me fallaba, no recordaba haber dado nunca uno con Indiana. - ¿A dónde te apetece ir? - pregunté con curiosidad mientras le habría la puerta y, con la otra mano, me rascaba la nuca.